El castillo Vulturi estaba a esas horas más despejado de lo que solía estar siempre. La Guardia iba de un lado para otro intentando solucionar los nuevos problemas que nos proporcionaban los alemánes. En realidad estabamos dispuestos a cualquier cosa contad de que pudieramos sacarles un poco de ventaja. Sonreí mientras caminaba por los pasillos en silencio, dejando que solamente se escuchara el ruido de mis tacones.
Desvié la mirada hacía la sala del trono, los reyes debían de estar allí ...